DISPARATES SECTARIOS
Por Ignacio San Miguel El Semanal Digital España Algunas comparaciones, además de odiosas, son absurdas, y expresan el extravío de ...

https://www.analiticacallejera.com/2004/10/disparates-sectarios_109689224597838946.html
Por Ignacio San Miguel
El Semanal Digital
España
Algunas comparaciones, además de odiosas, son absurdas, y expresan el extravío de unas mentes dominadas por el sectarismo. Hace muy poco, el periodista Javier Nart exponía tajantemente en la televisión que los secuestros realizados por los terroristas iraquíes eran algo repugnante, odioso, etc…, pero que igualmente rechazable era la prisión inconsiderada de afganos en Guantánamo por parte de los norteamericanos. Y quedó satisfecho, como persona que ha mostrado su ecuanimidad y no su antiamericanismo derrotista.
Pero cualquier persona ecuánime se da cuenta de que es imposible la comparación. Los prisioneros de Guantánamo son sospechosos talibanes, miembros de aquella secta que impuso un régimen extremista en Afganistán, con el que Estados Unidos entró en guerra debido al atentado terrorista más gigantesco de la Historia. Su situación puede ser legalmente discutible, pero no tiene nada que ver con el secuestro de personas perfectamente inocentes como rehenes para hacer chantaje. Y mucho menos todavía con el degüello de esas personas, con su decapitación mostrada luego en vídeos transmitidos por internet. Solamente aquellos que están sumidos en el antiamericanismo más abyecto pueden equiparar ambas situaciones. A destacar que esta exposición denigratoria se hace contra un aliado nuestro, con el que contamos para nuestra defensa, ya que nuestra miserable condición de pacifistas a ultranza nos impide asegurarnos nuestra propia defensa reforzando nuestro escuálido ejército.
Esta comparación absurda se parece a la que otro espíritu ecuánime hizo no hace mucho entre los asesinatos ordenados por Fidel Castro, de unos desgraciados que habían intentado escapar de Cuba en una barcaza robada, con las justas ejecuciones de asesinos dictadas por jueces legales en Texas y firmadas por el gobernador Bush. Grotesca comparación que no resiste el más mínimo análisis.
En hablando de ejecuciones: se empeñan estos espíritus ecuánimes en condenar una y otra vez la vigencia de la pena de muerte en Estados Unidos, en exhibición humanitarista que sólo convence a quienes tienen muy amplias tragaderas; pues oponen un sistemático silencio sepulcral a las numerosísimas ejecuciones diarias que se efectúan en China, país comunista que, sin duda por el hecho de serlo, goza de un gran respeto entre esta clase de gente ecuánime y humanitaria. Nunca mencionan, a pesar de haber sido difundido por los medios de comunicación, que en 2003 se efectuaron 5.990 ejecuciones en el mundo, de las cuales 5.000 corresponden a China. ¿Y cuántas corresponden a Estados Unidos? Ni más ni menos que 64, derivadas de juicios donde los reos gozaron de las más amplias garantías de una defensa justa. Lo contrario de China. Allí, hasta se ha detectado un negocio de tráfico de órganos de ejecutados. Por no decir nada de las leyes que obligan al aborto bajo penas severas, al objeto de evitar el aumento de la población.
Esto nos remite a la guerra de Irak. Sí, puesto que se ha repetido una y otra vez con ridícula indignación que Estados Unidos obró al margen o en contra de la legalidad internacional, representada por la ONU. Pero ¿qué legalidad es ésta que depende de un Consejo de Seguridad en donde tiene poder de veto un país como China? Esta legalidad internacional es una farsa. Se podrá discutir sobre la justicia o injusticia de la intervención en Irak, pero nunca de legalidad internacional, la cual, hoy por hoy, no es sino un engendro caricaturesco.
Sin embargo, estas realidades no penetran en las mentes adoctrinadas en el progresismo derrotista. Le planteé recientemente a un socialista la cuestión de las ejecuciones en China y de la ausencia de crítica en los medios de comunicación, y, después de pensarlo un poco, me contestó: "¡Ah, pero es que China es una dictadura!". Para él esta condición del régimen chino no diré que justificaba las ejecuciones, pero sí que les confería un rango de normalidad. No parecía caer en la cuenta de que, al ser cierta su afirmación, la condena del régimen debía hacerse por partida doble: por ser una dictadura y por efectuar ejecuciones masivas.
El progresismo es siempre derrotista porque no encuentra más que motivos de crítica en lo propio, es decir, la civilización occidental cristiana, y siempre comprensión para lo ajeno y adversario, unas veces las dictaduras marxistas y, otras, las dictaduras islámicas. Es natural, pues, que odie a Estados Unidos, como nación líder de Occidente, sobre todo si quien allí gobierna se confiesa cristiano practicante, y también a cualquier líder europeo que le preste ayuda. Pero este odio distorsiona el juicio de los progresistas y les lleva a emitir estimaciones grandemente disparatadas.
El Semanal Digital
España
Algunas comparaciones, además de odiosas, son absurdas, y expresan el extravío de unas mentes dominadas por el sectarismo. Hace muy poco, el periodista Javier Nart exponía tajantemente en la televisión que los secuestros realizados por los terroristas iraquíes eran algo repugnante, odioso, etc…, pero que igualmente rechazable era la prisión inconsiderada de afganos en Guantánamo por parte de los norteamericanos. Y quedó satisfecho, como persona que ha mostrado su ecuanimidad y no su antiamericanismo derrotista.
Pero cualquier persona ecuánime se da cuenta de que es imposible la comparación. Los prisioneros de Guantánamo son sospechosos talibanes, miembros de aquella secta que impuso un régimen extremista en Afganistán, con el que Estados Unidos entró en guerra debido al atentado terrorista más gigantesco de la Historia. Su situación puede ser legalmente discutible, pero no tiene nada que ver con el secuestro de personas perfectamente inocentes como rehenes para hacer chantaje. Y mucho menos todavía con el degüello de esas personas, con su decapitación mostrada luego en vídeos transmitidos por internet. Solamente aquellos que están sumidos en el antiamericanismo más abyecto pueden equiparar ambas situaciones. A destacar que esta exposición denigratoria se hace contra un aliado nuestro, con el que contamos para nuestra defensa, ya que nuestra miserable condición de pacifistas a ultranza nos impide asegurarnos nuestra propia defensa reforzando nuestro escuálido ejército.
Esta comparación absurda se parece a la que otro espíritu ecuánime hizo no hace mucho entre los asesinatos ordenados por Fidel Castro, de unos desgraciados que habían intentado escapar de Cuba en una barcaza robada, con las justas ejecuciones de asesinos dictadas por jueces legales en Texas y firmadas por el gobernador Bush. Grotesca comparación que no resiste el más mínimo análisis.
En hablando de ejecuciones: se empeñan estos espíritus ecuánimes en condenar una y otra vez la vigencia de la pena de muerte en Estados Unidos, en exhibición humanitarista que sólo convence a quienes tienen muy amplias tragaderas; pues oponen un sistemático silencio sepulcral a las numerosísimas ejecuciones diarias que se efectúan en China, país comunista que, sin duda por el hecho de serlo, goza de un gran respeto entre esta clase de gente ecuánime y humanitaria. Nunca mencionan, a pesar de haber sido difundido por los medios de comunicación, que en 2003 se efectuaron 5.990 ejecuciones en el mundo, de las cuales 5.000 corresponden a China. ¿Y cuántas corresponden a Estados Unidos? Ni más ni menos que 64, derivadas de juicios donde los reos gozaron de las más amplias garantías de una defensa justa. Lo contrario de China. Allí, hasta se ha detectado un negocio de tráfico de órganos de ejecutados. Por no decir nada de las leyes que obligan al aborto bajo penas severas, al objeto de evitar el aumento de la población.
Esto nos remite a la guerra de Irak. Sí, puesto que se ha repetido una y otra vez con ridícula indignación que Estados Unidos obró al margen o en contra de la legalidad internacional, representada por la ONU. Pero ¿qué legalidad es ésta que depende de un Consejo de Seguridad en donde tiene poder de veto un país como China? Esta legalidad internacional es una farsa. Se podrá discutir sobre la justicia o injusticia de la intervención en Irak, pero nunca de legalidad internacional, la cual, hoy por hoy, no es sino un engendro caricaturesco.
Sin embargo, estas realidades no penetran en las mentes adoctrinadas en el progresismo derrotista. Le planteé recientemente a un socialista la cuestión de las ejecuciones en China y de la ausencia de crítica en los medios de comunicación, y, después de pensarlo un poco, me contestó: "¡Ah, pero es que China es una dictadura!". Para él esta condición del régimen chino no diré que justificaba las ejecuciones, pero sí que les confería un rango de normalidad. No parecía caer en la cuenta de que, al ser cierta su afirmación, la condena del régimen debía hacerse por partida doble: por ser una dictadura y por efectuar ejecuciones masivas.
El progresismo es siempre derrotista porque no encuentra más que motivos de crítica en lo propio, es decir, la civilización occidental cristiana, y siempre comprensión para lo ajeno y adversario, unas veces las dictaduras marxistas y, otras, las dictaduras islámicas. Es natural, pues, que odie a Estados Unidos, como nación líder de Occidente, sobre todo si quien allí gobierna se confiesa cristiano practicante, y también a cualquier líder europeo que le preste ayuda. Pero este odio distorsiona el juicio de los progresistas y les lleva a emitir estimaciones grandemente disparatadas.
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