OLISE
Nunca me llamaron por mi nombre. Los delgados negritos africanos que vivian en apartados edificios de la Ciudad de Nueva Gerona en Isla de...

https://www.analiticacallejera.com/2019/04/olise.html
Nunca me llamaron por mi nombre.
Los delgados negritos africanos que vivian en apartados edificios de la Ciudad de Nueva Gerona en Isla de Pinos ( llamada por la Gran Oscuridad , Isla de la Juventud) encontraron una forma mas facil para decir mi nombre y con el ritmo y la musicalidad que los caracterizan, optaron por llamarme OLISE.
Eran los dias finales de mi vida en Cuba y nadie lo sabia.
Estaba tomando parte en el renacer del Festival de la Toronja, un evento clasico de la zona, celebrado por anos y que de pronto por decreto del Coma Andante, fue eliminado.
Toneladas de equipamiento de audio fueron trasladadas a la pequena isla al sur de Cuba.
Ahi coincidimos todos, los sonidistas oficiales y los luchadores de la calle en una exhibicion de tecnologia e ingenio.
Grandes y medianas orquestas tocaban todos los dias y las sesiones de musica bailable se extendian desde las 6 de la tarde hasta las dos de la manana.
Fueron 10 dias extraordinarios, sin lugar a dudas.
No se porque, mi humilde sistema le llamo la atencion a Mena , el Jefe del Partido en la Isla , y cuando nos preparabamos para irnos , me propuso quedarme en la Isla por un tiempo, amenizando de Jueves a Domingo un lugar llamado La Movida, especie de centro Nocturno de inmensas proporciones donde los habitantes de la pequena insula, sudaban a cantaros mientras se contorsionaban con Carlos Vives.
El pago era tan bueno que duramos alli varios meses hasta que por otra de las maquiavelicas tretas habituales en la Isla del Doctor Castro, nos informaron que no habria mas pago en efectivo y que en lo adelante seria en cheques, declarados en la Oficina de impuestos del gobierno.
Como es natural, apagamos nuestros amplificadores y desconectamos nuestros bafles, cargamos nuestros equipos en un camion y lo embarcamos en el ferry hacia el Surgidero de Batabano y desde alli hasta la calle Cocos, donde radicaba nuestro cuartel general.
Pero antes de irnos, fuimos contratados para hacer un evento inusual en una de las Secundarias en el Campo de la Isla: Miss Africa.
Un desfile de modas de las muchachas africanas de la zona y despues un evento de belleza.
Estuvimos casi todo el dia y al compas de la musica de los desfiles profesionales de La Maison, donde tuve el gusto de trabajar por unos anos, cuando aun era una referencia mundial de la moda y el buen gusto cubanos, vimos pasar a cientos de jovencitas posando y modelando entre los gritos entusiastas de sus companeros de escuela.
Finalmente eligieron a una que distaba mucho de ser una belleza clasica, pero para ellos fue la ganadora.
Unos dias despues, Olise volaba sobre el Atlantico, dejando atras familia y amigos , para enfrentarse a lo desconocido.
A la distancia del tiempo y la experiencia, Olise se siente satisfecho y realizado.
El precio ha sido alto, sin lugar a dudas, pero el hijo y el nieto de Olise son libres y con un futuro promisorio.
Solo Dios sabe que ha sido de aquellos africanos. Ojala hayan podido caminar por la vida, con salud y resultados.
Olise los recuerda.
Los delgados negritos africanos que vivian en apartados edificios de la Ciudad de Nueva Gerona en Isla de Pinos ( llamada por la Gran Oscuridad , Isla de la Juventud) encontraron una forma mas facil para decir mi nombre y con el ritmo y la musicalidad que los caracterizan, optaron por llamarme OLISE.
Eran los dias finales de mi vida en Cuba y nadie lo sabia.
Estaba tomando parte en el renacer del Festival de la Toronja, un evento clasico de la zona, celebrado por anos y que de pronto por decreto del Coma Andante, fue eliminado.
Toneladas de equipamiento de audio fueron trasladadas a la pequena isla al sur de Cuba.
Ahi coincidimos todos, los sonidistas oficiales y los luchadores de la calle en una exhibicion de tecnologia e ingenio.
Grandes y medianas orquestas tocaban todos los dias y las sesiones de musica bailable se extendian desde las 6 de la tarde hasta las dos de la manana.
Fueron 10 dias extraordinarios, sin lugar a dudas.
No se porque, mi humilde sistema le llamo la atencion a Mena , el Jefe del Partido en la Isla , y cuando nos preparabamos para irnos , me propuso quedarme en la Isla por un tiempo, amenizando de Jueves a Domingo un lugar llamado La Movida, especie de centro Nocturno de inmensas proporciones donde los habitantes de la pequena insula, sudaban a cantaros mientras se contorsionaban con Carlos Vives.
El pago era tan bueno que duramos alli varios meses hasta que por otra de las maquiavelicas tretas habituales en la Isla del Doctor Castro, nos informaron que no habria mas pago en efectivo y que en lo adelante seria en cheques, declarados en la Oficina de impuestos del gobierno.
Como es natural, apagamos nuestros amplificadores y desconectamos nuestros bafles, cargamos nuestros equipos en un camion y lo embarcamos en el ferry hacia el Surgidero de Batabano y desde alli hasta la calle Cocos, donde radicaba nuestro cuartel general.
Pero antes de irnos, fuimos contratados para hacer un evento inusual en una de las Secundarias en el Campo de la Isla: Miss Africa.
Un desfile de modas de las muchachas africanas de la zona y despues un evento de belleza.
Estuvimos casi todo el dia y al compas de la musica de los desfiles profesionales de La Maison, donde tuve el gusto de trabajar por unos anos, cuando aun era una referencia mundial de la moda y el buen gusto cubanos, vimos pasar a cientos de jovencitas posando y modelando entre los gritos entusiastas de sus companeros de escuela.
Finalmente eligieron a una que distaba mucho de ser una belleza clasica, pero para ellos fue la ganadora.
Unos dias despues, Olise volaba sobre el Atlantico, dejando atras familia y amigos , para enfrentarse a lo desconocido.
A la distancia del tiempo y la experiencia, Olise se siente satisfecho y realizado.
El precio ha sido alto, sin lugar a dudas, pero el hijo y el nieto de Olise son libres y con un futuro promisorio.
Solo Dios sabe que ha sido de aquellos africanos. Ojala hayan podido caminar por la vida, con salud y resultados.
Olise los recuerda.
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