NACI EN EL 56

Por Ulysses Pereira EL HOMBRE OLVIDADO Naci en el 56 Pienso que la gente de nuestra generación somos privilegiados. Hemos asistido a inconta...

Por Ulysses Pereira EL HOMBRE OLVIDADO







Naci en el 56
Pienso que la gente de nuestra generación somos privilegiados.
Hemos asistido a incontables momentos históricos que han conformado el mundo tal y como lo conocemos y estamos asistiendo a otros eventos que están modificando el mundo más allá de como lo conocemos.
Tres años después de nuestro nacimiento entro La Gran Oscuridad a nuestra pequeña y confortable isla.
Fuimos testigos de la Crisis de Octubre, Los Cinco Puntos, la Invasión de Girón, el año de la Agricultura y cada ano un nuevo sofisma, los rusos llegando a Cuba, el camarada Pavel Korchaguin invadiendo las librerías, la Plaza Cívica, convertida en de la Revolución con el impasible Martí de piedra quizás con la mirada tristísima, contemplando las marchas e interminables discursos del nuevo Mesías que prometía niveles de vida más altos que el de los USA en menos de tres años.
Asistimos al anuncio de la muerte en combate del asesino asmático convertido ahora en el suvenir más famoso de los izquierdistas, gracias a Korda y fuimos testigos impávidos de la destrucción del anillo de frutales de ciudad de la Habana y de los cultivos cafetaleros de las montañas de Oriente, recibimos a André Voisin, el francés que acabo con nuestras razas de ganado vacuno y las convirtió en famélicas F1 y F2 para beneplácito del Gran Sultán del califato castrista porque la efe representaba para la posteridad, su nombre maldito.
Vivimos la gran mentira del setenta y su zafra perdida, los diez millones que nunca fueron a pesar de la orquesta, el censo de población donde dormimos en la escuela y comimos arroz con jicotea en los solares de Tamarindo para después ir   a Santa Amalia y las escuelas en el campo, otro gran sofisma y otra gran mentira.
Al mismo tiempo disfrutamos de la música prohibida, los pelos largos y las muñequeras de cuero, los Beatles y los CCR en las placas de aluminio, fuimos perseguidos por la ley del vago, escondidos en la costa de Jaimanitas escuchando en el Meridian la música americana de Fort Lauderdale, porque vivíamos la gran década de la música en los sesenta y setenta.
Un poco más adultos, entramos en los ochenta con una pizca del paraíso de los obreros, aires acondicionados y tocadiscos rusos, mercado paralelo y vueltas a Cuba, las Colmillo Blanco y los taxis chevys y una noche en el Riviera por 21 pesos.
Hoteles y restaurantes, la comunidad, el Lele en el Copa Room y Elena y Portillo descargando en el Pico Blanco, mercado libre campesino y el Pitirre en el Alambre choca con la Operación Maceta.
Cuba no reía, sonreía tímidamente asustada de la pequeña bonanza. 
Súbitamente cae el muro de Merlín.
El efecto domino en el campo socialista se activa y nos quedamos solos.
Vimos eso y el periodo especial y el resurgimiento de un ave fénix apocalíptico que emerge de la nada y crea una supervivencia que dura más de 30 años.
Nos fuimos de nuestra Isla y nos enteramos de cosas y seguimos pensando que somos muy afortunados, la música y el cine han cambiado mucho, el casete no existe, el CD está desapareciendo, ni el televisor ni el satélite ni el cable son nuestros puntos de referencia en la tecnología del entretenimiento.
Las tabletas y los teléfonos son las ventanas inmediatas de ahora al extraño mundo actual.
Somos muy afortunados.
Hemos visto mucho bueno y malo y de todos los colores.
Nos falta por ver algo que no creo que veamos: la destrucción masiva de creadores, seguidores y amanuenses del sistema que nos ha convertido de un pueblo libre y feliz en una patética congregación de recogedores de huesos.

Related

Crónicas 4123422763975602244

Publicar un comentario

Sígueme en mis redes sociales


Te espero en mi canal de Youtube


Ayúdanos a difundir el mensaje

Archivo del blog

Paises que nos consultan

Flag Counter

Entradas populares

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

item
- Navigation -