LE PETIT ROI O EL ZASCANDIL ENJAEZADO
Por Ulysses Pereira EL HOMBRE OLVIDADO Lo sucedido en Francia el pasado Domingo debe ponernos a pensar detenidamente en lo que hemos estado...

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Por Ulysses Pereira EL HOMBRE OLVIDADO
Lo sucedido en Francia el pasado Domingo debe
ponernos a pensar detenidamente en lo que hemos estado sosteniendo en nuestros
programas desde hace algún tiempo acerca de la utilidad práctica del voto.
¿Se puede hablar de fraude?
¿O sería mejor hablar de Ingeniería Electoral?
De cierta manera en Francia ha sucedido lo mismo que
en USA en 2020 cuando,
según todas las apariencias, el presidente Trump, el antiglobalista, ganó con
una mayoría aplastante.
Sin embargo, el demócrata Joe Biden, un globalista
fácilmente comprable, emergió repentinamente como el ganador.
Casi lo mismo ha sucedido en Francia el pasado
Domingo.
En Francia el partido Marine Le Pen (RN) tiene una
etiqueta dada por los medios de prensa: EXTREMA DERECHA.
El fantasma con el que asustan a tontos y a los
ignorantes miembros de la sociedad sumergidos en el más espeso hedonismo .
Le Pen quiere una Francia soberana, insumisa a la Unión
Europea y trabajando por los intereses de la Nación francesa. Y es eso
precisamente por lo que la mayoría de los franceses votaron el pasado domingo.
Pero hete aquí que el sistema electoral francés es de
un diseño muy apropiado para los cambalaches políticos y las tan socorridas
alianzas.
Con sus dos vueltas, proporciona tiempo entre vuelta
y vuelta para que se manipulen los votos y los ingenieros electorales puedan
usar sus sofisticadas herramientas y técnicas para inclinar el voto al punto
deseado.
Como es natural es muy difícil mostrar pruebas de
estos manejos y aun mas ahora con los adelantes en materia de software y la
Inteligencia Artificial y así las cosas, tras imponerse con el 34 % de los
votos en la primera vuelta, en la segunda, ese mismo partido cae al tercer
lugar tras pronosticarse incluso una mayoría absoluta para el partido de Le
Pen.
Algo increíble si no tenemos en cuenta las
tenebrosas jugadas dentro de lo que se llama la política en las grandes
democracias occidentales.
Ahora resulta que el partido que más escaños parlamentarios
tiene es el del furibundo izquierdoso Jean Luc Melenchon que llama a los árabes
sus hermanos y que busca declarar el árabe como lengua oficial francesa.
Esta alianza de Le Petit Roi Macron con la izquierda
más extrema es frontalmente contraria a sus aventuras belicistas y globalistas
como la intervención más directa de Francia en la guerra de Ucrania.
El nuevo Bonaparte desea, no sé si personalmente o es
una instrucción de sus amos de Bruselas un enfrentamiento total con Rusia.
¿Porque?
¿Qué le ha hecho Rusia a Francia?
Y en un orden más global, ¿qué le hizo Rusia a
Occidente como no sea buscar un acercamiento amistoso y alianzas económicas?
Putin está muy interesado en la paz con Ucrania,
pero es Occidente y aquí hago una precisa salvedad; LOS ESTADOS UNIDOS NO LO PERMITEN.
No les importa la cantidad de muertos que Zelensky
les brinda cada día como víctimas propiciatorias al sueño descabellado de Estados
Unidos y de algunos países europeos de conquistar Rusia. Un sueño muy antiguo
que jamás se hará realidad.
El Complejo Militar Industrial trabajando a toda
marcha, más muertos en todas partes del mundo, más sociedades aniquiladas, más
familias destruidas. Una sociedad que descanse en el negocio de la guerra no
puede perdurar y esta es la sociedad americana y por extensión el Occidente
completo.
La Potencia hegemónica y su alter ego la industria bélica
deben seguir la espiral incesante de conflictos, de muerte, de humo y de
sangre.
Esta izquierda a la que Macron se ha rendido con la
esperanza de conservar el poder es el Nuevo Frente Popular y está conformada por
socialistas ecologistas, comunistas y finalmente, la izquierda radical francesa.
Personalmente no creo que dure mucho estas alianzas,
pienso que es sofismica e irregular y su único propósito puede ser mantener al
Petit Roi en el poder para que siga cumpliendo el rol de amanuense de la Unión
Europea y de los straussianos del DC.
El 90% de los votantes franceses se negaron a esto: no
más gasto de miles de millones para otros países, no más preferencias para las oleadas
de inmigrantes que han trasformado Paris en un apestoso agujero africano, pero
las alianzas de la “democracia” hicieron caso omiso al voto del pueblo y la
llamada “Alianza del Deshonor” se alzó con la victoria por encima del deseo del
pueblo francés.
Me imagino
que las contradicciones dentro de esta Alianza del Deshonor serán tan grandes
que la gobernabilidad será frágil e incierta, pero los titiriteros de Macron harán
todo lo posible para que siga en el poder contra todas las banderas, porque es muchísimo
más importante la lealtad de este zascandil enjaezado a la DC y a Bruselas que
su propio pueblo francés.
Y ya que hablamos de Bruselas, miren a este engendro
esclavizador como la entidad que gobierna varios países al mismo tiempo, sin
ser elegida para ello, que amenaza con sanciones si no se cumplen sus voluntades,
y la precursora del tan ansiado Gobierno Mundial con moneda única que pronto será
digital.
Es a esto a los que los franceses dijeron NO poniendo
su mirada en Marine Le Pen y su partido nacionalista como su última defensa
ante los traidores como Macron y sus nuevos amigos los izquierdistas que, entre
otras cosas, quieren hacer de Francia otra provincia islámica con lenguaje
incluido.
Francia nos demuestra sin lugar a dudas que votar es
inútil. Que el único camino es la abstención total, para que el mensaje sea
claro y potente. A menos que se
derrumben las viejas y obsoletas (y útiles para los enemigos)
estructuras electorales que solamente establecen cada día más profundamente la
inequidad y la traición en las naciones.
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