MENTA CON HIELO

Era el lugar mas oscuro de La Habana.  Un lugar oscuro con aire acondicionado y asientos de vinyl de alto respaldo que te aislaban del vecin...

Era el lugar mas oscuro de La Habana. 
Un lugar oscuro con aire acondicionado y asientos de vinyl de alto respaldo que te aislaban del vecino contiguo y donde al entrar te saludaban Barry White o Barrabas desde unos baffles que nunca vi y que tiraban con muy buena calidad.
Era el Turf, el club de la calle Calzada frecuentado por  todos nosotros a mediados de la decada del 70.
La voz cavernosa del Barreto tirando I Gonna Love you a Little sabroso por los estereos invisibles y los gallegos  de Barrabas con Hi Jack y su pop funk  se combinaban en la  densa atmosfera de humo de cigarros, perfumes Suchel  y creyon de labios creando el ambiente especial  y  adecuado  para los apretones con la jevita del momento, cuyos besos sabian a menta con hielo.
Bajabas  por los escasos escalones  hasta la puerta del club y de pronto, se abria la magia y entrabas en la oscuridad guiado por la linterna del  camarero que te sentaba en uno de los asientos de alto respaldo  y  despues de una pequena voltereta te preguntaba que ibas a tomar.
No recuerdo haber pedido cerveza en aquel frio nordico, pero si recuerdo que sin excepcion las damiselas pedian menta con hielo.
Y despues de los primeros besos mentolados , los cuerpos hacian contacto y la electricidad incontrolada de la juventud corria de pies a cabeza mientras el Barry seguia descargando su talla y el olor del cuello de la damisela penetraba  como un punzon en el hipotalamo vuelto loco  con Gato Negro, Recuerdame, Profecia, Hechizo;  los olores principales de aquellos cuellos que se ofrecian ansiosos  como antesala de interminables besos  en la oscuridad casi absoluta de aquel templo nuestro de la Calle Calzada.
Habian otros lugares como el Karachi, pero este era mas para bailar y sudar y demostrar habilidades de contoneo  en una pista iluminada como la de Saturday  Night Fever unos cuantos anos antes de que la pelicula se estrenara, pero para estar con la jevita y conversar bajito y decirnos mentiras sobre el futuro y entre col y col unos apasionados besitos mentolados y mas mentiras sobre los anos por venir y calenturientas exploraciones al sur de  todas las cuestiones, el Turf era el lugar donde carenabamos con nuestra ultima conquista.
No se que aspecto tendra ahora, o si  lo han convertido en un puesto de papas, o un parqueo revolucionario, pero en mi mente siempre estara oscuro, profundo y musical; el Sancta Sanctorium de la Menta Con Hielo.


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