CRONICAS DE LA HABANA II : LA GENTE
Naci en el 1956, tres anos antes de que sobreviniera la Gran Oscuridad y recuerdo perfectamente esos anos y los primeros de la Mal llamada ...

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Naci en el 1956, tres anos antes de que sobreviniera la Gran Oscuridad y recuerdo perfectamente esos anos y los primeros de la Mal llamada Revolucion Cubana.
Mi abuelo se hizo miliciano y mis tias se fajaban por el cartelito ESTA ES TU CASA FIDEL.
Una decia que era un bandido y la otra decia que no, que estaba bien que le hubieran quitado la escuelita que con tanto trabajo habian levantado entre ellas dos y mi abuela.
Iba con mi abuela a la Plaza ( de Cuatro Caminos) , enorme edificio que abarca toda una manzana y de dos pisos, un dia si y otro no a comprar las vituallas.
Alli se podia encontrar todo lo que un ser humano podia comer, todo fresco y todo limpio, hasta pescado recien extraido del mar y en el ultimo piso las fondas y los restaurantes chinos donde carenaban fiestofilos y demas noctambulos a altas horas de la noche para licuar el alcohol con el shop suey y las maripositas chinas.
En ese piso, ademas de las fondas chinas habian fondas de todo tipo y de varias nacionalidades porque Cuba era un pais que recibio mucha emigracion proveniente de Europa durante la Segunda Guerra Mundial, ademas de los buscavidas y negociantes de Espana tan habituales en pueblos y ciudades de Cuba
Recuerdo un polaco de la Habana Vieja que tenia una fondita en la Calle San Ignacio a donde iba mi abuelo a desayunar cafe con leche y pan con mantequilla, que vendia el agua de seltz saborizada de limon y naranja ademas de multiples golosinas para los ninos.
Estoy hablando de gente sencilla con poca o ninguna educacion escolar, personas que trabajaban para vivir y dar de comer a sus familias y ese era el mundo social que nos rodeaba en aquellos anos.
Jamas escuche una mala palabra o alguna expresion soez. Desde luego que las habia pero no era lo habitual ni lo aceptable.
Mi casa era la casa de dos maestras normalistas y el nivel cultural era un poco mas elevado por tanto no pondre mi burbuja personal como ejemplo, pero viviamos en el barrio de Jesus Maria famoso por sus guapos, sus congas y sus navajazos y tampoco, las expresiones soeces ni las malas palabras podian ser escuchadas en la calle o en algun establecimiento.
Habian normas sociales inviolables que la Revolucion se encargo de destruir una a una, sistematica y metodicamente.
Cuando nos mudamos a Santos Suarez, hermoso barrio de canteros y de Galanes de Noche la vecindad era mucho mas amable y amistosa y habia que ver en Navidad como la gente se saludaba y se deseaba Felicidades envueltos en el olor de las piernas y los puercos asandose en los hornos de la panaderia de Serrano que en aquellos dias no daba abasto para tanta demanda.
La gente cruzaba la calle para darse la mano y desearse todo tipo de venturas o para invitarse para la cena del 24.
Fidel Castro acabo con todo eso.
Con la cena , el arbolito y todo lo demas.
Destruyo el espiritu de la Navidad tan caro al pueblo cubano y muchas otras cosas mas como la familia , la amistad y el honor, como se pudo ver incontables veces en las asambleas en los centros de trabajo, para asignar un misero despertador o un ventilador donde presuntos amigos se sacaban los trapos sucios sin pudor alguno y hasta llegaban a la violencia mas vergonzoza.
Castro, como el Saruman del Senor de los Anillos, instruyo a sus orcos revolucionarios para comenzar a fabricar el Hombre Nuevo que es el engendro que ahora vemos en las calles de Cuba.
De ser un pueblo amable, trabajador , fiestero, bullanguero y hasta cierto grado inocente, Cuba esta poblada de recogehuesos sin valores ni etica ciudadanas que aterrorizan y asombran si aun es eso posible, a los pocos que quedan que mantienen niveles de decencia y de honor como seres humanos.
En la terrible lucha por la supervivencia que se desarrolla en Ciudad de la Habana han perecido todos los valores que conforman las sociedades prosperas , boyantes y desarrolladas.
En esas sociedades las manzanas podridas son aplastadas por la moralidad civica y por el respeto y la Ley y nada de eso pude apreciar en mis periplos a pie por varios lugares de mi ciudad.
Las malas palabras, las expresiones barbaricas, las inmoralidades, los robos, los asaltos , la ausencia del mas elemental respeto entre las personas incluso de edad avanzada, eran los comunes denominadores de cada dia.
Extranas personas haciendo extranos negocios y por sobre todo el Estado dejando que todo se vaya a la mierda olimpicamente.
Altos precios, inflacion desmedida, alimentada desde el propio estado por la indiscriminada impresion de millones de pesos cubanos, innoble papelito sin valor alguno y todo el asqueroso universo que estas condiciones disenadas desde la direccion del pais generan.
Los unicos oasis fueron las conversaciones con mis amigos, los poquisimos que quedan condenados a esa abigarrada y asfixiante distopia y que viven con pena y resignacion el dantesco dia a dia.
Quizas sean los unicos que aportaron color y alegria a mi visita , ademas de mi familia, ya que son personas excepcionales que viven en esas condiciones sociales pero que tratan de mantener sus elevados niveles de decencia personal y social a salvo de los orcos revolucionarios disfrazados de Hombres Nuevos que son los especimenes mas frecuentes an la vida cotidiana de la otrora Bella y Grande Ciudad de La Habana.
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