EL NUEVO REFUGIO DE LOS MALVADOS

  No soy dado a las etiquetas. De hecho, hace tiempo deje de usar los términos de izquierda o derechas, socialismo o capitalismo. Son términ...

 


No soy dado a las etiquetas. De hecho, hace tiempo deje de usar los términos de izquierda o derechas, socialismo o capitalismo. Son términos obsoletos que no definen los grupos o sistemas a los cuales se refieren. La fragmentación ideológica actual es tal que no permite etiqueta alguna, pero como elemento identificativo, la llamada derecha siempre ha estado a favor de la identidad y soberanías nacionales, (por supuesto con excepciones ya que la corrupción de la clase política mundial es aplastante) y la izquierda, (la llamada izquierda, no olvidemos), simpática, colorida, compasiva y de brazos abiertos.

El asesinato de Charlie Kirk, al cual no puedo dejar de referirme por las enormes connotaciones políticas y sociales que están por ver aun, pero que son desde todo ángulo imprevisibles, han desatado otra característica de la llamada izquierda: el primitivismo ofensivo manifestado en la recepción del hecho como un acto de justicia.
Un primitivismo simple y -de nuevo- ofensivo, solo comparable en magnitud y elementos con la simpatía militante de la llamada izquierda con la también llamada “causa palestina”.
No me voy a extender en análisis alguno acerca de la falacia de la “causa palestina” porque si de territorio se trata, hete aquí las ofertas directamente desde Israel para que esa masa de personas a los cuales se les llama “palestinos” por asociación tengo un lugar al que le puedan llamar hogar.
 
1. Plan de Partición de la ONU (1947):
Antes de que existiera el Estado de Israel, la ONU propuso dividir Palestina en dos Estados: uno judío y otro árabe.
Los judíos aceptaron, los árabes y palestinos lo rechazaron.

2. Camp David (1978):
Entre Israel y Egipto, bajo mediación de EE. UU.
Aunque se centró en la paz con Egipto, incluyó un marco para la autonomía palestina en Cisjordania y Gaza, que no se implementó.

3. Oslo (1993–1995):
·        Israel reconoció a la OLP como representante del pueblo palestino.
·        Los palestinos obtuvieron autonomía limitada en Gaza y partes de Cisjordania, con la idea de avanzar hacia un Estado.

4. Camp David II (2000):
·        El primer ministro israelí Ehud Barak ofreció a Yasser Arafat un Estado Palestino en Gaza y más del 90% de Cisjordania (con intercambio de tierras). Jerusalén Este iba a estar parcialmente bajo control palestino. Pero Arafat no aceptó la propuesta porque consideró insuficiente la soberanía, los asentamientos y el tema de los refugiados.

5. Taba (2001):
·        Negociaciones más detalladas tras Camp David.
·        Se habló de hasta 97% de Cisjordania más intercambios de tierra.
·        No se firmó acuerdo porque estalló la Segunda Intifada.

6. Propuesta de Olmert (2008):
El primer ministro israelí Ehud Olmert ofreció a Mahmud Abbas un Estado palestino en Gaza, Jerusalén Este como capital y alrededor del 94% de Cisjordania con compensación territorial.
Abbas no firmó, en parte porque Israel entraba en crisis política y en parte porque consideró el acuerdo incompleto.

Como podemos ver, Israel siempre ha estado abierto a la existencia de un estado Palestino, pero nunca se concretaron por desconfianza, violencia en el terreno, presiones internas de ambos lados y diferencias sobre temas clave: Jerusalén, los asentamientos, las fronteras definitivas y el derecho al retorno de los refugiados.

Pero ahora las cosas son diferentes. El elemento numero uno que debemos identificar para entender la extrema simpatía de la llamada izquierda con “la causa palestina” es la extrema simpleza del planteamiento. La discutible justeza del reclamo se pierde en el intento de santificar algo que históricamente tiene sus grietas.
Tampoco ayuda que la bandera que dicen que es del Estado de palestina (¡) se identifica con un grupo abiertamente terrorista y criminal como lo es Hamas. En análisis anteriores, hemos visto que Hamas ha sido abrazado por los palestinos de Gaza como la fuerza política principal incluso derrotando entidades tan antiguas como la Autoridad Palestina, por tanto, es imposible entender la simpatía de los llamados izquierdistas con un pueblo que consiente, abriga y celebra el terrorismo.
Y uno se pregunta que ocultos mecanismos de la mente humana permite tal nivel de ingenuidad colectiva y porque la izquierda sucumbe a tales desatinos.
Yo soy de los cree firmemente que la llamada izquierda esta llena de malvados y oportunistas. La Historia no me deja mentir. 
La llamada derecha también – dicho sea de paso- seamos realistas.
Pero esta nueva oleada de progresistas compasivos y militantes al mismo tiempo me hace reflexionar a que punto de la condición humana se dirigen estos especímenes  y en que punto de ella se encuentran. 

Debieran ser  caso de estudio para los psicólogos ya que uno percibe egoísmo, resentimiento, agresividad, al mismo tiempo que una especie de compasión colectiva que deriva en la reconstrucción de un código de conducta sin leyes morales (arquitectura intelectual, dicen por ahí).

Para mí es mucho más simple de entender  porque lo viví en mis primeros 35 años de vida, allá en la luminosa Isla donde nací, convertida en el cementerio de recojehuesos mas triste que hay en este planeta.

La llamada izquierda o como le quieran llamar es destructiva, patológica y brutal y es esta izquierda la que se ha puesto en marcha a favor de los palestinos. Nunca ha sido buena, nunca ha sido compasiva y la historia – de nuevo- no me dejara mentir:

La izquierda comunista, la del socialismo, murió cuando cayo el muro de Berlín, la otra la de los europeos social demócratas que proclamaron el estado de bienestar que esta colapsando sin parar ya casi no existe, y el paradigma en mi memoria es el francés Regis Debray teorizando sobre la Revolución Cubana desde su confortable estudio en Paris con una copa de Louis XIII de Rémy Martin en la mano.

La tercera oleada de estos malévolos especímenes y quizás la más letal de todas, es la actual, la que viene con nuevas identidades raciales, derechos de todo tipo, eliminación de instituciones, cambios climáticos, autos eléctricos, vacas pedorras, y la famosa ideología de géneros y como toda esta parafernalia inventada se está desinflando como un globo es cuando vemos que la otrora compasiva y piadosa izquierda se torna violenta y agresiva. Incapaz de aceptar un discurso o razonamiento adverso porque ellos siempre tienen la razón.

En Europa y Canadá esta izquierda tiene un nombre: Socialdemocracia.
Y esta social democracia se basa en el mantra Socialismo o Muerte que a su vez fue la cubanización del famoso Socialismo o Barbarie del grupo francés comunista del mismo nombre con revista homónima  que vertió todo su veneno entre 1947 y 1967.
Para ser justos, hay que explicar que para ellos “barbarie” no es lo que vimos durante las protestas por la supuesta muerte del delincuente a manos del policía. Para esta gente “barbarie’ es simplemente el capitalismo; un sistema terriblemente injusto que nada tiene que hacer ante la superioridad moral y material del socialismo.
Esta es la nueva izquierda, los compasivos y los progresistas, que arropan a un pueblo que asume sus lideres desde un nido de terroristas asesinos guiados por intereses bien alejados del bienestar y el desarrollo de las personas humildes que conforman la masa humana de “pueblo”.

Esta es la nueva pléyade de teóricos inconformes proclamando que debemos pensar como ellos o de lo contrario debemos desaparecer como ha sucedido con el joven Kirk (aunque no estoy muy conforme con esta teoría, pero es la que tenemos hasta el momento). 
Representan la llamada izquierda que engloba las tres tendencias anteriores, pero mucho más primitiva, más elemental pero muchísimo mas violenta y peligrosa, siempre en busca de nichos y de “causas” para quemar, romper, y crear caos y desorden.
Este estado de cosas se debe al retroceso intelectual de sus lideres que no soportan una sesión de preguntas y respuestas de manera educada e inteligente y estos son los que claman una solución al problema palestino. 
La causa, nos dicen y aplauden la decisión unilateral del primer ministro canadiense de reconocer al estado palestino.
El primer ministro de Canadá, producto exquisito de la socialdemocracia euro-canadiense y operativo principal de la City of London, no podía quedarse atrás en la parafernalia demostrativa a favor de la “causa palestina” y ahí lo tenemos “oficialmente” reconociendo no el derecho a existir del estado palestino, lo cual esta fuera de toda duda, como es natural, sino al estado palestino que es una entidad inexistente en estos momentos a no ser que se este refiriendo a Hamas, lo cual le daría otra connotación al asunto.
Ahora la socialdemocracia gobierna y la izquierda grita en las calles, mezcladas con los inconformes, los asesinos y los criminales.
La social democracia desde el gobierno protege y defiende a los asesinos y criminales y la izquierda de las calles crea caos y produce escenarios para que se condene a las fuerzas del orden e impregnen de miedo a los policías y magistrados. Es el nuevo modus operandi de los malvados que ahora se refugian en un nuevo nicho: la causa palestina y ondean el trapo blanco lleno de manchas negras por todo el planeta. 
Quizás el trapo es lo mas honesto que haya en el universo palestino: quizás las manchas representen el número de muertos provocado por la mal llamada izquierda y sus diferentes disfraces.
No ha existido fuerza social mas malvada y letal que la llamada izquierda y sus subproductos. Y como hemos visto, la “causa palestina” es uno de ellos.

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