Por Juan Abreu, Tomado de VozPopuli. Causa cierto estupor que los españoles sigan creyendo que se celebrarán elecciones generales independ...
Por Juan Abreu, Tomado de VozPopuli.
Causa cierto estupor que los españoles sigan creyendo que se celebrarán elecciones generales independientes en España en los próximos años
Acabo de leer El suicidio occidental (El error de revisar nuestra historia y
cancelar nuestros valores) y amén de ser una lectura iluminadora, que
recomiendo, resulta muy útil para entender el suicidio español. Que es parte,
naturalmente, del suicidio de la Civilización Occidental. La que ha traído
libertad, prosperidad y progreso a la especie.
Todo lo demás es pensamiento mágico, barbarie, fanatismo y atraso.
Cierto que el caso español tiene características
únicas, dada la existencia en territorio español de dos tribus extremas, la
catalana y la vasca, cuya contribución al suicidio español ha sido decisivo.
Sus pujos de superioridad racial y cultural y su trabajo constante contra la
igualdad de los españoles, han sido letales para una España que, posiblemente,
es el único país del mundo que se avergüenza de su grandeza. Una circunstancia
letal que ha permitido que estas pequeñas, pero muy motivadas (viven de eso)
tribus, obtengan un poder desproporcionado que a día de hoy no sólo condiciona
la gobernabilidad española, sino que impone al resto de los ciudadanos
españoles un chantajismo parásito que, con la complicidad del sanchismo, pretende
convertir la Constitución en papel mojado.
España, posiblemente, es el único país del mundo que
se avergüenza de su grandeza.
Al contrario de que sería natural y justo que la
mayoría determine las reglas y normas de la sociedad, son las minorías
nacionalistas tribales las que imponen sus maneras antidemocráticas (incluido
el incumplimiento impune de la Ley y el descarado saqueo de los fondos públicos)
a toda España. Esto se ha agravado recientemente, pero existe desde la
redacción misma de la Constitución, que optó por el apaciguamiento y la
permisividad cobarde con los tribales, a dejar bien claros los límites de lo tribal,
que ha de estar siempre por debajo, y sometido, a lo ciudadano.
No necesita destruir el sistema, basta con vaciarlo
de realidad. Algo que han conseguido ya en gran medida. El noventa por ciento
del relato político español es ficción
El sanchismo, por desgracia, ha encontrado en los
nacionalismos provinciales, especialmente en el catalán, un aliado inestimable
para su propósito de instaurar un régimen autoritario mugre–progre (lo peor al
Poder) que, siguiendo las nuevas estrategias neocomunistas, permiten al
aspirante a autócrata llegar al Gobierno y permanecer en él por tiempo
indefinido. Para ello no necesita destruir el sistema, basta con vaciarlo de
realidad. Algo que han conseguido ya en gran medida. El noventa por ciento del
relato político español es ficción. Su
equivalencia con la realidad es cada día más tenue.
Causa cierto estupor que los españoles sigan
creyendo que se celebrarán elecciones generales independientes en España en los
próximos años. Que crean que un tipo que instala a marchas forzadas los
cimientos de un régimen autoritario, que pretende censurar a la prensa libre,
que ha colonizado la Fiscalía y la Justicia a tal extremo que le permite
aprobar leyes inconstitucionales y mafiosas, como la de Amnistía, se someterá
limpiamente a la voluntad popular.
¿Qué impedirá a un tipo que ha demostrado
repetidamente que es capaz de cualquier cosa para permanecer en el Poder,
carente de límites morales, controlar o manipular el resultado de unas elecciones? Ya dispone
a placer de Justicia, Fiscalía, Interior, Sindicatos, Prisa, Indra, RTVE, que
son importantes pilares del edificio totalitario in progress, pero decantar a
su gusto el resultado de unas elecciones generales vendría a ser la joya de la
corona sanchista.
Qué malos hemos sido, lloriqueamos por los rincones,
como si Occidente no fuera lo mejor que ha sucedido a un mundo lleno de
fanatismos, ideologías asesinas, atraso y salvajadas
Lo que sucede en el manicomio suicida español no es
sólo responsabilidad de la izquierda. La derecha es también responsable por su
cobardía, su papanatismo, su corrupción y sus complejos, de la situación
actual. Pero. No ha sido la derecha la que ha minado los cimientos liberales
con la estúpida cultura woke y las llamadas políticas de género. Ha sido la
izquierda y la progresía quienes han importado y aplicado las demenciales
políticas norteamericanas de culpabilización de Occidente. Qué malos hemos
sido, lloriqueamos por los rincones, como si Occidente no fuera lo mejor que ha
sucedido a un mundo lleno de fanatismos, ideologías asesinas, atraso y
salvajadas. Occidente ha sido siempre la avanzada de la democracia y el
progreso en el mundo.
Todo este plan siniestro que busca nuestra
inmolación de la cultura occidental en el altar de la culpa, se apoya en
mentiras y tergiversaciones que los gobiernos y ciudadanos de Occidente aceptan
como verdades indiscutibles. ¿Ansias de autodestrucción, estupidez o
ignorancia? Por poner un solo ejemplo, el esclavismo como pecado original y
tara moral del hombre blanco. Algo completamente falso.
“El esclavismo se practicaba mucho antes de que los
primeros árabes o europeos blancos pisaran África, y dio lugar a grandes
fortunas, imperios autóctonos y dinastías indígenas que se enriquecieron
gracias al comercio de prisioneros”.
“El esclavismo es el más horrendo de los crímenes
generados por las taras de los Blancos, según la ortodoxia dominante que se
enseña en las escuelas progresistas. Pero era una práctica extendida entre
todos los pueblos indígenas, y esto no aparece en los libros de texto
políticamente correctos ni en los programas de los cursos universitarios más
populares. Incas, mayas, aztecas, todos lo practicaban (además de los
sacrificios humanos). Incluso los imperios precoloniales de África estaban desde
antiguo, familiarizados con la esclavitud. Como también los árabes y las
potencias islámicas posteriores, que se contaban entre los más despiadados
mercaderes de hombres”.
El mentiroso Sánchez y sus secuaces han encontrado
en estas políticas iliberales importadas de Estados Unidos y en la alianza con
los enemigos internos de la España libre e igual, el caldo de cultivo ideal
para llevar adelante sus planes para perpetuarse en el poder y ganar de una vez
por todas la guerra que los rojos asesinos perdieron en 1936.
Qué panorama desolador.
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