EL GATO DE LA SENORA SMITH

  El pasado Domingo en nuestro programa de Analítica Callejera pasamos el video, ahora viral, del meme musical relativo a las afirmaciones d...

 


El pasado Domingo en nuestro programa de Analítica Callejera pasamos el video, ahora viral, del meme musical relativo a las afirmaciones de Donald Trump de que haitianos en Springfield Ohio, estaban disponiendo culinariamente de las mascotas de los habitantes de esa ciudad.(https://twitter.com/mjfree/status/1834655232019640606)Cuando lo vi me dio mucha gracia y aprecié de veras el talento y el sentido de la oportunidad del autor.La afirmación de Donald Trump en el debate con Kamala Harris ha levantado como es habitual, un enorme muro de críticas, que se inserta perfectamente en las campanas de demonización del ex presidente.

La corrupta prensa americana corporativa, lo niega una y otra vez, a pesar de las evidencias suministradas por los activistas independientes.
Podemos decir con cierta propiedad que el periodismo como tal ha muerto y que el mísero vestigio que queda está en manos de los activistas que publican en redes sociales.
Los periodistas corporativos, más interesados en cumplir las órdenes de los que les pagan, ni siquiera se han tomado el trabajo de ir al lugar de los hechos e investigar.
No entrevistan a los residentes porque ni a ellos ni al gobierno de los USA le importan los residentes o sus cuitas.
Aiden Clark, un joven residente de Springfield, (11 años) murió cuando el inmigrante haitiano Hermanio Joseph se estrelló contra un autobús escolar. Más de 20 estudiantes resultaron heridos. Joseph no tenía licencia de conducir, aunque tenía una “identificación estatal”.
Lo curioso del caso es que los padres de Aiden Clark han pedido a los que comentan e investigan más del caso, que desistieran de sus investigaciones porque estaban diseminando odio.
Como es lógico, este tipo de sinsentido fue inmediatamente cubierto con gran entusiasmo por todas las agencias de prensa corporativas.
Este atorrante sin corazón declaro sin sonrojarse que:
Deseo que mi hijo, Aiden Clark, haya sido asesinado por un hombre blanco de 60 años. Para vivir como Aiden, hay que aceptar a todo el mundo, elegir brillar, marcar la diferencia, liderar el camino y ser la inspiración”.
Además de ser una vergüenza como padre y como ciudadano, es simplemente el vocero de las  chorradas de siempre.
Los mismos mantras: marcar el camino, hacer la diferencia y demás baba izquierdista.
Los liberales americanos sufren de un pavor irracional al racismo. Un pavor que los está convirtiendo en colonizados, esclavos conquistados y en este caso en habitantes de pueblos ocupados.
Ni siquiera los habitantes de los pueblos ocupados por los nazis en Europa fueron tan abyectos y tan miserables como este pedazo de escoria humana.
Para la inmensa mayoría del pueblo americano es una cuestión claramente racial. Los gobiernos tratan a los negros con pinzas, sin embargo, contra los blancos descargan todo el peso de la ley e incluso envían a los esbirros del FBI a sus casas cuando postean algo en redes que no les gusta.
Los negros criminales y delincuentes reciben un trato mucho más calculado, al mismo tiempo que los blancos son aplastados sin conmiseración. (recuerden por favor el caso del policía Derek Chauvin injustamente acusado de la muerte de George Floyd que, no obstante tener las pruebas que no fue su rodilla la que causó la muerte al delincuente adicto, aún sigue en prisión.)
Es lo que llaman el síndrome de culpabilidad blanca que es lo que empuja a blancos a lamerle las botas a los negros en plena calle.
Los gobiernos y los medios subsidiados por ellos, esperan que los blancos intoxicados por este síndrome no protesten ni se quejen ante la avalancha de personas de otro país y de otra cultura, sin la obligación de integrarse ni de respetar las leyes que inunda sus ciudades y pueblos.
Esperan que nadie se queje ante las nuevas cargas en el sistema escolar, el sistema de salud, en el aumento del crimen y la delincuencia, los accidentes de tránsito, el aumento de los seguros y de los frecuentes incidentes ante el choque de dos culturas tan disimiles.
Los periodistas de la Corrupta Prensa Americana (CPA)  lo niegan todo, dicen que son anecdóticos, que no son informes confirmados y terminan todo debate con la afirmación que todo es mentira. Y junto con los periodistas lo políticos de cada región.
Veamos un ejemplo:
Trump afirmo en uno de sus conciliábulos masivos que Kamala Harris quería pagar las operaciones de cambio de sexo de inmigrantes ilegales en la cárcel.

La prensa progresista (CPA) se burló de la afirmación y califico como siempre a Trump de mentiroso y días después tuvo que emitir una corrección.
La negación de la realidad es una buena táctica para ignorar todo lo que sucede en las comunidades anegadas de inmigrantes que no tienen ni idea de lo que significa haber llegado a los USA legalmente traídos por el gobierno federal. Porque los residentes se quejan ante el gobierno local, pero el gobierno local nada puede hacer ya que ha sido la administración actual la que ha traído esos males a las ciudades. La administración federal, la de DC, Biden and Harris.
 Ahora bien; ¿Que pueden hacer estas personas para mejorar su calidad de vida y recuperar su manera de vivir?
Literalmente nada.
¿Puede la tan cacareada democracia ayudarlos?
También literalmente no.
¿Pero porque haitianos? ¿No hay otra gente necesitada en el mundo?
Eso es harina de otro costal
Veamos. Haití es un país fundado sobre la base de un genocidio blanco y la Historia nos cuenta las hazañas de Jean-Jacques Dessalines, el primer “emperador” haitiano, que sube al poder dirigiendo una masacre de blancos, y sin embargo es venerado por los medios progresistas de USA y hasta una calle en ese mismo país lleva su nombre. Si nos atenemos a los orígenes la Nación Haitiana no veríamos a los haitianos orgullosos de su estirpe y de su historia abandonando su patria para ir a vivir a un país de mayoría blanca.
Pero no es así.  Haití es quizás uno de los huecos sin esperanzas más profundos de este planeta, su gente no está orgullosa, esta aterrada y abandona ese infierno a toda prisa sin mirar atrás.
Su estado de degradación como pueblo y como nación es uno de los más oscuros que podamos encontrar, pero esto es una ventaja para las incontables ONG que operan en Haití.
No han mejorado un ápice las condiciones de vida de la gente allí, no han ayudado a instalar un gobierno estable y que trabaje para el pueblo haitiano, no han podido evitar las matanzas que se suceden en ese país con harta frecuencia.
No han hecho nada de eso, pero han logrado producir el material humano altamente degradable para cambiar la demografía de ciertos estados de los Estados Unidos y pedir más dinero para programas sociales que son fácilmente desviados a las cuentas de los gerifaltes y así los haitianos van directo al clientelismo social y se mostraran agradecidos como se han mostrado los somalíes de Minnesota votando demócrata todo el tiempo incluso hasta por los más despreciables especímenes como la Ilhan Omar que ha declarado públicamente su lealtad a Somalia y a su presidente, sin que la arrojen a cajas destempladas de su curul inmerecido del Congreso de los Estados Unidos.
Es una colonización con todas sus letras.
La Ocupación Silenciosa con objetivos.
Un detalle a tener en cuenta en este menester es que los haitianos no son inmigrantes ilegales. Tienen un estatus de protección “temporal” otorgado por la administración Biden-Harris que jamás será revocado.
Son colonos, insertados en una comunidad ya existente sin el consentimiento de la población nativa y aparentemente sin que la gente pueda hacer nada al respecto.
El pueblo americano debe entender que esto puede suceder en cualquier lugar. El gobierno y sus adláteres de las ONG pueden decidir instalar un segmento de sus ejércitos de ocupación en la esquina de su casa, aumentará el crimen, moverá el valor de las propiedades y la enseñanza escolar se ira a paseo.
Hay muchas soluciones a esto, pero todo debe empezar con la voluntad política de hacerlo, de preservar la nación y sus valores y también con la comprensión del conflicto por parte del pueblo de USA.
En estos momentos están moralmente destruidos por miles de tabúes impuestos por los gobiernos y sus secuaces y han perdido el orgullo y la consideración al valor de sus ancestros y familias.
Los gatos y los perros son secundarios, hay mucho más en juego que un haitiano comiéndose a Perry el gato de la señora Smith.
Deben retomar la conciencia como nación, como pueblo, como patriarcas de sus asentamientos y defenderlos coherentemente. Rechazar el multiculturalismo, la inclusión, la diversidad y todas esas chorradas que están destruyendo nuestros países y también, ¿porque no? defender su raza, porque la raza es la que produce la cultura.
La cultura es la que produce que los haitianos se estén merendando el gato de la señora Smith y es una vergüenza que los nativos estén siendo desplazados en todos los sentidos por recién llegados de otra cultura y de otra raza solo por la cuestión liberal y democrática de la sustitución demográfica para ganar votos.
Los americanos y los canadienses y los europeos deben reconocer sus naciones y reconocer más que nada sus orígenes, que no son ni haitianos ni somalíes ni indios ni musulmanes.
Reconocerse como nación y defenderla.
Si no lo hacen nadie lo puede hacer por ellos.
Y en ese caso, ya han perdido, ellos, sus hijos y sus nietos.



 
 
 

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